ANECDOTA; LINDOLFO BARAJAS.

Como de todos es sabido, a lo largo y ancho de nuestro país existen innumerables comunidades que se distinguen por tener, entre sus habitantes, a personas muy especiales por su sentido del humor o por alguna otra cualidad ya sea por su innata habilidad para poner sobre nombres a sus paisanos  o bien por su inigualable sentido del humor. Pero seguramente que usted estará de acuerdo conmigo en el sentido de que Guasave se distingue a nivel nacional por las ocurrencias y las  pinceladas de humor con las que aderezan cualquier tertulia entre amigos. Y desde luego, uno de esos personajes que viven en Guasave se llama Lindolfo Barajas. Desde muy joven, el nativo de la comunidad de Buena Vista se distinguió por ser un excelente productor de algodón, lo que le permitió  alternar en los años de su ya lejana juventud con influyentes políticos de la época, con quienes alternó en múltiples ocasiones tanto en Guasave, como en Culiacán y la ciudad de México. Uno de sus mas cercanos amigos de la época era el entonces gerente del extinto Banco Ejidal,quien era conocido por el remoquete de El Dumbo Gaxiola. Lindolfo Barajas es el padre del ex alcalde de Guasave Ramón Barajas López y la esencia de la anécdota se produce precisamente  durante la administración de Ramón Barajas. Pues bien, resulta que el joven alcalde desde el inicio de su gestión no se explicaba el porqué su papá se negaba a ir a las oficinas del Palacio Municipal, pues deseaba presumirle su forma de gobernar al municipio, y desde luego que viera como sus funcionarios corrían ante él al menos chasquido de sus dedos. Pero fue tanta la insistencia de Ramón para que su padre se dignara visitarlo en la presidencia municipal que Lindolfo un buen día se apersonó en la sede del poder municipal. Obviamente al alcalde le dio mucho gusto recibir en su despacho a su querido padre. Ya debidamente instalado, Ramón le preguntó a Lindolfo. «Oye apa», porqué no querías venir a la presidencia? A lo que Lindolfo le contestó con la siguiente pregunta. Oye Ramón, que no te importa lo que diga la gente». Un tanto sorprendido el alcalde le cuestionó. ¿ pero apá que va a decir la gente si no tiene nada de malo que vengas a visitarme. Mirándolo fijamente Lindolfo le contestó: «pero que no te das cuenta Ramón que en cuanto la gente me vio llegar empezaron a decir, mira el presidente no se conforma con lo que está robando el y ahora trae al viejo para que le ayude a llevarse todo lo que puedan entre los dos. Y dicho lo anterior, Lindolfo raudo y veloz se retiró  de las instalaciones del palacio municipal y no regreso en el lapso que duró la administración de Ramón. Y hasta aquí por ahora. Gracias y hasta la próxima. Tambien nos encuentra en el portal de asieslapolitica.com. en la Revista Tres Nuevo Periodismo y en Facebook.

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